viernes, 8 de marzo de 2013

De la vista nace el aprendizaje.


¡Qué hermoso es ver! Captar los colores, las formas, los espacios. En realidad, el ojo es el instrumento para este maravilloso fenómeno que solo involucra diez por ciento del  proceso. El restante noventa por ciento ocurre en el cerebro, en la parte posterior: el lóbulo occipital.

Cuando somos bebés experimentamos el mundo tocando y viendo. Cuando veíamos algo inmediatamente queríamos tocarlo, pues tocar permite también conocer su dimensión, textura, línea e incuso color (recordemos que cada color posee una diferente vibración). 

Las imágenes penetran por nuestros ojos y se invierten hacia atrás mientras entran por el nervio óptico y a través del quiasma óptico se dirigen del tálamo al lóbulo occipital donde la visión primaria es procesada. la visión completa se produce cuando la información de todos los lóbulos cerebrales ha sido accesada. 

Por tanto, es el cerebro el que componen la tercera dimensión, integrando la información que proviene de cada ojo y ajustándola de una manera sorprendente. Dan Dyckman y Mike Bielinsky han logrado crear por computadora los famosos cuadros de tercera dimensión que ayuda al cerebro a crear dicha dimensión.

En consecuencia, aprendemos viendo ¡Qué gran oportunidad para elegir también qué imágenes queremos llevar a nuestro cerebro, qué imágenes provocamos en los demás  cuáles se quedaran, frecuentemente  para siempre en el cerebro del otro!

Luisa M. Ibarra (Neurolingüista mexicana).

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