¡Qué hermoso
es ver! Captar los colores, las formas, los espacios. En realidad, el ojo es el
instrumento para este maravilloso fenómeno que solo involucra diez
por ciento del proceso. El restante noventa por ciento ocurre en el
cerebro, en la parte posterior: el lóbulo occipital.
Cuando somos bebés experimentamos el
mundo tocando y viendo. Cuando veíamos algo
inmediatamente queríamos tocarlo, pues tocar
permite también conocer su dimensión, textura, línea e incuso
color (recordemos que cada color posee una diferente vibración).
Las imágenes penetran por
nuestros ojos y se invierten hacia atrás mientras entran por el
nervio óptico y a través del quiasma óptico se
dirigen del tálamo al lóbulo occipital donde la visión primaria
es procesada. la visión completa se produce cuando la información de
todos los lóbulos cerebrales ha sido accesada.
Por tanto, es el cerebro el que componen la
tercera dimensión, integrando la información que proviene de
cada ojo y ajustándola de una manera sorprendente. Dan Dyckman y Mike
Bielinsky han logrado crear por computadora los famosos cuadros
de tercera dimensión que ayuda al cerebro a crear
dicha dimensión.
En consecuencia, aprendemos
viendo ¡Qué gran oportunidad para
elegir también qué imágenes queremos
llevar a nuestro cerebro, qué imágenes provocamos
en los demás cuáles se
quedaran, frecuentemente para siempre en el cerebro del otro!
Luisa M. Ibarra
(Neurolingüista mexicana).
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