Oculta en los trozos
de una media luna
aprendo a olvidar
el sonido de un "te amo".
Y veo como el viento,
viento lleno de tiempo,
deshace los hilos de oro
que trenzaste en este corazón.
Corazón baldío e impotente
que se posa pensativo
en un mar de recuerdos,
mientras rosas de papel
cortan cada esperanza e ilusión.
Logro ver un horizonte
con sabor a atardeceres
tratando de explicarme a gritos
que no existe nada infinito.
Dalma Iris Moya
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